Por lo que dices en tu carta, entiendo que la gente se llevó una buena impresión. Esta es una buena oportunidad para el avance de nuestras actividades misioneras. De hecho, estamos creando a las personas más pacíficas del mundo. Krishna es tan bueno, que todo aquel que Lo acepte se vuelve un hombre pacífico de primera clase. Lo podemos ver en el ejemplo de Arjuna, que era un hombre muy pacífico. No le importó renunciar a su deseo y permaneció no violento y pacífico. En lo personal, él no estaba a favor de pelear, e hiciese lo que hiciese era solo para complacer a Krishna.
(Carta para Bahulasva, 18 de abril de 1970)
Prahladananda Swami: Cuanto más podamos enseñar a los devotos a distribuir libros con un intenso deseo de complacer a Krishna y a Prabhupada, más personas se sentirán atraídas. ¿Quién más trabaja en el mundo material con una determinación sincera como esa? Si alguien trabaja con ese tipo de determinación, por lo general obtiene éxito. Similarmente, si los devotos trabajan con completa determinación para distribuir los libros de Prabhupada, serán los más exitosos.
Gauri Devi Dasi: La distribución de libros no tiene nada que ver con las cualidades materiales. A través de los años, he visto a muchos diferentes tipos de personas hacer sankirtana, volverse expertos y profundamente comprometidos. Estoy convencida de que no tiene absolutamente nada que ver con las cualidades materiales. Creo que ni siquiera desde los primeros momentos tiene algo que ver con lo material. Al comienzo, Krishna puede otorgar grandes o pequeños resultados. Él tiene Sus planes. Él está controlando todo. Él está controlando cada momento. ¿Quién sabe cuáles son Sus razones? Él tiene tantas razones para hacer todo. Lo vemos en sankirtana tan frecuentemente que es imposible entender por qué un devoto hace mucho y el otro no. Pero eso no es realmente importante. Lo que importa es que los devotos tengan el deseo confidencial de tener una relación con el Señor Caitanya y el maestro espiritual. Es difícil de creer. Ahora hablo con mucha gente y soy extrovertida. Pero antes no. Era introvertida y me resultaba horriblemente difícil acercarme a la gente. No podía ni siquiera hablar a un volumen lo suficientemente alto como para que me escucharan. Cuando era niña, nadie podía escuchar lo que yo decía. Cuando comencé a hacer sankirtana, acercarme a la gente era una tarea pesada, ya que yo me encontraba en una concepción material de la vida. Proponerme acercarme a alguien requería cerrar los ojos, contar hasta diez y tener absoluta determinación. Pero no tenía ni el mínimo deseo, determinación o entendimiento. Era lo más doloroso del mundo. No tenía la habilidad de sonreír o de ser encantadora, ni que hablar de abandonar mi ego falso. Mi ego falso hacía mi personalidad pesada, malhumorada, seria, grave, intelectual, y todas esas formas de ser equivocadas que no permitían que la gente se detuviera. Ni que hablar de entablar una ligera conversación, que es lo que necesitas hacer –hablar de nada un par de segundos antes de darse la mano. Para lograr que alguien se detenga no tienes que ser amenazante. Hay que estar completamente tranquilo. La presentación puede amenazarlos. Es como un buen doctor que te da una medicina. Él sabe cómo introducir la aguja hipodérmica de tal forma que no sientas ni un poco de dolor. Al principio era como si yo directamente pinchara con la aguja. No quería hacerlo, no querían que los siguiera. Yo sabía que los estaba lastimando y que todo era horrible. Pero continué, porque vi como lo hacían los otros devotos. Lo que me ayudó a continuar es ver que algunos devotos obtenían gusto verdadero y que no tenían el mismo problema que yo en absoluto. Nunca lo consideré algo material. Supe que provenía de Krishna. Krishna los estaba ayudando. Entonces, caí en la cuenta de que si Krishna los estaba ayudando, Krishna lo haría conmigo también. Tenía que obtener la ayuda de Krishna de alguna forma. Un día en particular se convirtió en un punto de partida, solo unos meses después de empezar mi carrera de sankirtana. De repente, me resultó fácil acercarme a la gente, sonreírle, y liberarme completamente de mi personalidad pesada y confusa. No es que me hubiera liberado completamente de ella. La mantuve, ya que al minuto de volver al templo, volvía a ella inmediatamente. Pero cuando me acercaba a las almas condicionadas me liberaba nuevamente. Krishna me otorgó esa bendición. Después de esto, nunca volví a tener el más mínimo inconveniente en acercarme y hablar con alguien. Supe que ese día en particular el Señor Chaitanya me bendijo. Por alguna razón que no pude entender, Él me dio la bendición de ser capaz de lograrlo. Realmente lo supe. Y desde ese momento, nunca tuve ningún problema en acercarme a alguien, charlar de cualquier cosa, o en ser agradable, alegre y realmente sentirlo. Algo que aprendí es que aunque no te sientas así, si te sientes enferma y solo quieres quedarte en casa y dormir –muchas veces me sentí de esa forma, durante muchos años— aprendí rápidamente que si me acercaba a la gente, si llegaba al punto de tan solo comenzar a acercarme, luego de media hora aproximadamente, lo que fuera que me estuviera molestando o me doliera en el cuerpo, se iba. Recuerdo que Srila Prabhupada dijo que si simplemente haces sankirtana, te curas de todo. Lo creo firmemente y puedo ver cómo funciona. Pero tienes que hacer sankirtana, y eso significa que tienes que entregarle tu alma y tu corazón a esta actividad. No se puede hacer mecánicamente. Esa es la razón por la cual la distribución de libros es maravillosa; te obliga a dar todo lo que puedas. Cuanto más lo haces, más puedes dar. Te entregas más y más, más profundamente consciente de quién eres y de dónde estás. De esta forma, puedes dar más y más a las almas condicionadas, tu amor se incrementa, y Krishna puede usarte y darte más inteligencia. Puedes ser mucho más ingenioso. La piedra más pesada se puede convertir en el poeta más brillante, en un filósofo o en un bromista. Puedes ser completamente cómico. Todo puede suceder en sankirtana. Es asombroso.
Vijaya Dasa: Si un devoto ha desarrollado cualidades espirituales, las personas que se encuentren con él automáticamente lo respetarán y lo apreciarán. Reciprocarán con el devoto que les presenta la consciencia de Krishna. La gente quiere escuchar de alguien que posea las cualidades de la consciencia de Dios. Cuanto más desarrollemos nuestra consciencia de Krishna, la gente tendrá más deseo de recibir nuestros libros. Cuanto más intenso sea nuestro deseo por difundir la consciencia de Krishna, más personas serán enviadas por Él para que reciban la consciencia de Krishna. Pero si tenemos deseos materiales, entonces Él nos enviará dificultades para que nos purifiquemos. Esa también es Su misericordia. Nos purificamos y cambiamos nuestro deseo por el deseo de servir a Krishna. Entonces, Krishna nos envía más y más personas para que reciban la consciencia de Krishna.
Gita-govinda Dasi: Debemos predicar desde el corazón. Por supuesto, es posible simplemente estar comprometido desde el nivel físico. Pero se quedaría en servicio mecánico, y no obtendríamos un gusto por la distribución de libros. Uno no puede continuar por mucho tiempo de esa forma. Si tenemos una mentalidad fruitiva, avasallaremos a las personas. Seremos como un vendedor mundano. Pero si la motivación nace del corazón, la gente la reconocerá y no habrá necesidad de cosas artificiales, tal como técnicas psicológicas. Guru y Krishna naturalmente animarán nuestro corazón. Podemos conmover a las personas con nuestra pureza. Si somos puros, podremos ser empoderados por guru y Krishna, y podremos servirlos como sus instrumentos. Krishna distribuye el libro a través de este tipo de devotos.
Sarvatma Dasa: Los distribuidores de libros deben esforzarse por ser fuertes, determinados, entusiastas, y al mismo tiempo, por ser pacientes y amables –para que la gente pueda en verdad confiar en ellos. Los distribuidores de libros le enseñan a la gente. Por lo tanto, debemos enseñar a todos que si quieren consejo espiritual, entonces somos las personas a las que deben acudir, porque somos confiables. Las personas con cualidades espirituales son raras y excepcionalmente atractivas. De entre las miles de personas que alguien se encuentra, un devoto es llamativo, y puede causar una impresión inolvidable, como explica el siguiente ejemplo.
Sacinandana Swami: Las personas a las que visitamos en sus casas dicen que siempre recuerdan a los devotos de sankirtana. Conocerlos fue como encontrarse con una persona brillante de otra dimensión. Tengo una fuerte impresión de este hecho desde mi propia experiencia. Cuando tenía trece años de edad, vi a Tamal Krishna Goswami cantando en una calle de Hamburg. Yo estaba en esa ciudad con mi madre, pero de repente la perdí mientras comprábamos en un gran almacén. Fui a la entrada de la tienda y allí me encontré con los devotos que cantaban en la calle y distribuían revistas. Inmediatamente me interesé y quise acercarme. Luego, Tamal Krishna vino hacia mí. Les pregunté qué estaban haciendo y me respondió que estaban cantando los Santos Nombres de Dios. Cuando somos niños visualizamos muchas cosas antes de ir a dormir, y durante meses vi la cara brillante, como la luna llena, de Tamal Krishna Goswami dentro de mi vida oscura. Lo veía en mi mente cuando miraba películas de terror, cuando me sentía perplejo, cuando escuchaba que se abrían y se cerraban las puertas de mi casa, y cuando pensaba en Frankenstein. Cuando tenía mucho miedo, simplemente recordaba su cara que era como la luna y eso me daba paz. Los devotos de sankirtana que se encuentran con las personas por primera vez son muy importantes. Quizás subestimen este hecho, pero las personas lo recuerdan por mucho tiempo. (De una charla en Zurich el 1 de enero de 1991)
0 comentarios