Navina-nirada Dasa: Tienes que acercarte a las personas y darles un libro de manera educada y respetuosa. A veces, los devotos, sobretodo si son nuevos, entregan los libros de manera brusca, casi arrojándolos al pecho o el estómago, y las personas se agitan. Pero si eres amigable con ellas y les das los libros con cuidado, se tomarán el tiempo para mirar el libro y ver de qué se trata. Si nos comportamos con falsa humildad, con temor a estar engañando a las personas o no estar haciendo lo correcto, ellas percibirán la actitud que proyectamos y también se sentirán inseguras. Pero si te sientes completamente seguro de ti mismo, seguro de la misión y la instrucción de tu maestro espiritual, seguro de la misericordia de Sri Krishna y Chaitanya Mahaprabhu – eso es humildad verdadera.

Cuando te acercas a una persona, en primer lugar, tienes que mirarla a los ojos. Mediante el contacto visual consigues muchas cosas. Puedes ver qué tipo de persona es observando su fisionomía. Le miras a los ojos y ves si te esquiva, o si es alguien realmente brillante o inteligente, o si es alguien perezoso. Puedes ver todo eso tan solo a partir de su mirada y su rostro. Se obtiene mucha información. Por eso no debemos pensar que la apariencia externa no importa, porque nos permite saber qué tipo de cobertura tiene el alma espiritual y cómo conquistarla, y así conseguir que acepte la conciencia de Krishna y la valore. Tienes que ser cuidadoso, porque puedes decir cosas que son verdad, pero si las dices en el momento equivocado, las personas pueden perder su interés y alejarse.

Después de mirarle a los ojos, le dices una o dos cosas y colocas el libro en sus manos. Le dices de qué se trata, que tiene que dar algo a cambio y le preguntas en qué está interesado o qué le gusta, y le dejas elegir el libro que más le agrade. O le das tres libros, porque muchas personas no tienen ningún interés especial. Le explicas que estos tres libros son los mejores para comenzar. Y le informas del precio de una manera en la que crea que está haciendo una buena compra. Desde el momento en que saludas a una persona hasta que te despides de ella, deseándole que disfrute de la lectura y que tenga un buen día, e incluso dándole una tarjeta de invitación, lo haces con armonía. Existe toda una estructura. Y estás completamente seguro de lo que estás hacienda a cada segundo. Esto causa un buen impacto en la gente. 

Tienes que dar los libros en el momento y a la velocidad adecuados. Si los arrojas en las manos de las personas, pensarán que son gratis o baratos. Si les haces pensar que formas parte de una secta, te rechazarán al instante. Tienes que estar fijo en conciencia de Krishna, y las personas pensarán, «Oh, ¿quiere darme algo? Tal vez es una persona interesante para conversar. Veamos qué tiene». Entonces les das los libros y se lo explicas. No obstante, no puedes esperar demasiado tiempo. Tal vez consigas que se detengan, te den la mano y te sonrían, incluso que hablen contigo; pero después de unos minutos, cuando quieres darles un libro no te lo aceptarán, y te dirán, «Ha sido un placer conocerte, pero no estoy interesado en comprar estos libros». Había demasiado espacio libre para su mente y decidieron que no comprarían nada. 

Hay personas que se niegan a aceptar un libro – algunos incluso te ignoran cuando se lo ofreces. Esto indica que no están interesados en comprometerse y dar una donación. De todas maneras, puedes intentarlo. «Pareces un señor respetable. Si estás interesado en filosofía e historia, por favor, acepta uno de estos libros». Y si te responde, «No, gracias», tú le dices, «Que tengas un buen día». Y así respetas su decisión. Algunas personas piensan que saben lo que está pasando, que conocen «la trampa». Si cuando ofreces el libro (siempre a la altura de su pecho o estómago, con cuidado, sin empujar) ves que no lo aceptan, no insistas ni hagas algún comentario arrogante. Retira el libro lentamente y, de manera humilde, di, «Estos libros son para personas a las que les importan estos asuntos y les gusta leer. No sé si es algo que te interese». Tienes que estar desapegado, pero también tienes que darles otra oportunidad, aunque ya te hayan dicho que no. Muchas personas suelen estirar la mano y decir, «¿De qué has dicho que se tratan? Me interesa. Me gustan ese tipo de cosas. ¡Déjame ver!» Si te mantienes desapegado y tienes claro que no eres el controlador, los demás se dan cuenta de que estos libros son algo único. Y también se lo decimos.  

Chaksu Dasa: Yo me presento como un monje brahmínico y presento los libros con la mayor filosofía posible, porque esta filosofía no es diferente de Krishna. Es todo-atractiva. Cuanto más entiende la gente de filosofía, más intento hablarles de ella. Es importante percibir su naturaleza. Si alguien es capaz de comprender más, les hablo todo lo que puedo para que se sienta atraído por los libros. Si consigue apreciar los libros, pagará una buena cantidad por ellos. Siempre intento darle libros en las manos, pero no inmediatamente después de saludarle. Primero veo si está o no interesado. A veces, las personas son sumamente escépticas a tomar los libros en sus manos, así que las preparo un poco, apenas por unos segundos, una frase, una pregunta. Y así es mucho más fácil que los acepten, porque ya has hablado con ellas y este es el contacto principal. Si alguien no quiere los libros, no es necesario seguir enredándote mucho más, pues por lo general no los comprarán. 

Indranilamati Devi Dasi: Yo distribuyo libros en el aeropuerto de Dallas, usando ropa común occidental. Hay muchas restricciones, así que me quedo en un lugar cerca de la pared y llamo a las personas. Las miro a los ojos y digo, «Con permiso, quisiera preguntarte algo». Intrigadas por lo que quiero decirles, se detienen y se acercan. Yo pregunto, «¿De dónde eres?» Mientras me responden, les doy la mano y les digo de donde soy yo. A continuación, les digo, «Estamos distribuyendo estos libros. Quiero enseñarte este», e intento que lo tomen en sus manos. Siempre ofrezco el Bhagavad-gitade capa dura primero. Las personas en el aeropuerto suelen tener prisa, y bajo esa presión yo hablo rápido y acabo pronto. 

Chaksu Dasa: Yo no intento acercarme a las personas muy apasionadas, y a veces es mejor esperar hasta que te acercas a alguien. Si alguien llega en un auto, es mejor esperar a que el motor se detenga y la persona se baje. CUando alguien no está interesado, déjalo ir. ¿Qué más puedes hacer? No puedes obligarle, no todo el mundo está interesado. Por eso a veces me quedo parado en un lugar, sin perseguir a nadie. Les dejo que se acerquen. Cuando corres hacia el karma, el karmase aleja. Yo me quedo de pie y llamo a las personas. Ellas ven mi montón de libros, y las que se acercan son definitivamente amables.


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