Srimad-Bhagavatam 5.5.1: «El Señor Rishabhadeva dijo a Sus hijos: Mis queridos muchachos, de todas las entidades vivientes que han aceptado cuerpos materiales en este mundo, aquella que ha recibido esta forma humana no debe trabajar arduamente, día y noche, simplemente para complacer los sentidos, lo cual pueden conseguir incluso los perros y los cerdos, que comen excremento. Deben ocuparse en penitencias y austeridades para alcanzar la divina posición del servicio devocional. Con esas actividades, el corazón se purifica, y al llegar a esa posición, se alcanza una vida eterna y bienaventurada, trascendental a la felicidad material, y que continúa para siempre».
Significado: La vida humana es para la tapasya, la práctica de austeridades y penitencias. Por medio de esa tapasya, podemos liberarnos de las garras de la materia. La persona que está situada en el plano de conciencia de Krishna, ocupada en servicio devocional, tiene garantizada eternamente la felicidad. Mediante el bhakti-yoga, el servicio devocional, purificamos nuestra existencia. La entidad viviente busca la felicidad vida tras vida, pero con la práctica del bhakti-yoga puede hallar la solución a todos sus problemas, y, de inmediato, capacitarse para regresar al hogar, de vuelta a Dios.
Bhagavad-gita 17.14-17: «La austeridad del cuerpo consiste en adorar al Señor Supremo, a los brahmanas, al maestro espiritual y a superiores tales como el padre y la madre, y consiste también en la limpieza, la sencillez, el celibato y la no violencia. La austeridad del habla consiste en proferir palabras que sean ciertas, agradables, beneficiosas y que no agiten a los demás, y también en recitar regularmente las Escrituras védicas. Y la satisfacción, la sencillez, la gravedad, el autocontrol y la purificación de la existencia propia son las austeridades de la mente. Esa austeridad triple, realizada con fe trascendental por hombres que no esperan beneficios materiales, sino que lo hacen únicamente por el Supremo, se denomina austeridad en el plano de la bondad».
Tolerando dificultades
Estoy muy satisfecho con todos los muchachos y muchachas en Los Ángeles y el resto del mundo que están entendiendo y apreciando la calidad única de nuestros libros trascendentales, y que están saliendo voluntariamente a distribuir los libros a pesar de todas las circunstancias difíciles. Solo por este esfuerzo tienen garantizado volver al hogar, volver al Supremo.
(Carta de Srila Prabhupada para Ramesvara, 9 de enero de 1973)
Haridasa Thakura Dasa (Austria): Las austeridades son tanto físicas como mentales. Es una gran austeridad salir en el frío glacial o el calor abrasador, o cuando nieva o llueve. Las condiciones climáticas crean mucha austeridad para el distribuidor de libros. Y en relación a las austeridades mentales, las personas a veces son aburridas y estúpidas. Creo que la mayor austeridad es tolerar las tonterías de las personas. Y, por supuesto, debemos tolerar nuestra propia mente. También existe la austeridad de tolerar dolor corporal, porque cuando salimos a distribuir libros el cuerpo se tensa, y sentimos dolor en la espalda y los pies. Al principio, estas austeridades parecen difíciles —así como el veneno, como dice el Bhagavad-gita— pero como salimos siguiendo la orden del maestro espiritual, por una cuestión de deber, al hacerlo complacemos al maestro espiritual, y así despertamos muchas realizaciones conscientes de Krishna. De esta manera, podemos comprender que toda esta austeridad está destinada a purificarnos, es para nuestro propio beneficio, y al mismo tiempo muchas otras almas condicionadas se benefician de esta misión misericordiosa de sankirtana.
Purarava Dasa: Cuando distribuimos libros, tenemos que rendirnos cada día. En otros servicios es posible hacer cosas de forma mecánica. Claro está, Krishna no se siente satisfecho, pero al menos las cosas se llevan a cabo. Pero cuando distribuimos libros, primero es necesario rendirse. Así, la austeridad especial —y la bienaventuranza especial— es que tenemos que rendirnos cada día. Cada día tenemos que abandonar el concepto de que somos los disfrutadores y controladores, y tenemos que rendirnos a Krishna. La plataforma física también es austera, especialmente en Escandinavia, que es muy frío. En Noruega siempre llueve. En otros lugares es demasiado caluroso. A veces, el devoto se encuentra demonios desagradables que quieren darle una paliza. Pero si comparamos la austeridad física con el trabajo agrícola, no es para tanto, y, en cierto sentido, tiene algunas oportunidades de confort. Así pues, la austeridad es que tiene que controlar su mente y sus sentidos y ser tolerante cuando conoce todo tipo de personas necias o desagradables. Tiene que ser humilde. Esas son las austeridades especiales, pero también hay recompensas especiales en la forma de misericordia especial del maestro espiritual. Como se trata de un servicio tan difícil y tenemos que rendirnos mucho, el maestro espiritual siempre se complace con los discípulos que lo llevan a cabo.
Tapas Dasa (Noruega): Si alguien es desagradable contigo, tienes que desapegarte: «¡Está bien! Próxima vez». Esto es tapasya —ser amable siempre, aunque los demás no lo sean―. Prabhupada explica en el significado del verso titikshavah karunikah suhrida sarva-dehinam que el devoto tiene la ingrata tarea de dar a la gente lo que ellos no quieren. Pero esto también hace que el sankirtana sea extático y divertido. Si te entregas, sentirás que es el Señor Chaitanya quien quiere entregarles lo que ellos no quieren. Él quiere dárselo igualmente, y tú solo eres un instrumento. Y es extático hacer lo imposible en nombre del maestro espiritual. Pero si te desanimas, no conseguirás nada.
Bhaktavatsala Dasa: Creo que es más austero quedarse en el templo todo el día, porque maya te ataca de varias maneras sutiles. Es mucho más peligroso. Si yo me quedara todo el día en el templo, podría caer en maya y no saberlo. Pero en la calle, te das cuenta de todo enseguida. Eso es lo increíble sobre el sankirtana.
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