En el best-seller de sankirtana en Brasil,Veda, Secretos de Oriente, leemos: «Goethe, el poeta alemán del siglo XIX, derramó su angustia juvenil en un romance, Las penas del joven Werther, y el resultado trágico fue que muchos jóvenes cometieron suicidio después de leerlo».

Conozco esto muy de cerca, pues en la universidad donde estudié filosofía, una joven se suicidó después de convencerse filosóficamente de que la existencia solo es un fruto de la casualidad, carente de propósito, permanencia o valor absoluto.

El conocimiento que no provoca nada bueno o malo es menos problemático que el conocimiento que conduce a alguien a la depresión o el suicidio. Hay quien dedica décadas de su vida a investigar el comportamiento curioso de los internautas adolescentes, o a entender los diferentes acentos del idioma de un país. Ese tipo de conocimiento no hace daño, pero ciertamente no llena el corazón de bienaventuranza, ni puede reescribir la propia historia ni la historia del mundo.

Por suerte, existe otro tipo de conocimiento: el conocimiento espiritual. Krishna dice que el conocimiento espiritual, el conocimiento acerca de Él, es transformador, y hace que la persona consiga superar el sufrimiento: «Aunque seas considerado el más pecaminoso, cuando te sitúes en el barco del conocimiento trascendental, serás capaz de cruzar el océano de miserias». Krishna también dice que el conocimiento trascendental pone fin al pecado: «Así como el fuego ardiente transforma la leña en cenizas, el fuego del conocimiento reduce s cenizas todas las reacciones de las actividades materiales». Krishna dice que el conocimiento espiritual jamás se contamina ni disminuye: «En este mundo, no hay nada tan sublime y puro como el conocimiento trascendental». Y lo más importante, Krishna dice que el conocimiento espiritual nos convierte en Sus siervos: «Aquel que posee conocimiento verdadero de entrega a Mí».

Y ese es el conocimiento maravilloso, el compendio que encontramos en los libros de Srila Prabhupada, y al que decidí dedicarme exclusivamente hace más de diez años, y cada edición de la Carta de Sankirtana me llena de alegría, pues sé que no me encuentro solo, que este conocimiento no está desprestigiado, pues en cada nombre que aparece en la Carta de Sankirtana, en cada cifra, en cada historia, sé que ese conocimiento está siendo realmente amado.

No somos tantos como nos gustaría ser, pero en un tiempo difícil como Kali-yuga, somos muchos los amantes del conocimiento transcendental, y aquí nos encontramos, aquí nos fortalecemos, aquí crecemos.

Deseo que tú, nuestro lector, te sientas en familia, una familia a la que no le gusta reunirse delante de la TV, si no que prefiere estar delante de un libro abierto y que, con un espíritu misionero, quiere que la familia de Srila Prabhupada sea cada vez más grande.

Atentamente,

Bhagavan Dasa
Editor (BBT Brasil)

Categorías: Comunicados

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