Queridos devotos y devotas:
Por favor, aceptad mis humildes reverencias.
¡Toda gloria a Srila Prabhupada!
Con la maratón de Navidad hemos cerrado un año más de distribución de libros. De nuevo, entre todos los devotos y devotas del mundo, hemos distribuido centenas de miles de libros de Srila Prabhupada.
Y a menudo nos preguntan, o incluso nos preguntamos nosotros mismos, por qué hacemos tantos esfuerzos y sacrificios para producir y distribuir estos libros, por qué tanto hincapié en buscar maneras de dar el máximo de libros al máximo de personas posible.
Cuando leemos la biografía de Srila Prabhupada, vemos que siempre aprovechaba cualquier oportunidad que tuviera para predicar, ya fuera a un cardenal, a una periodista, a un científico, o a un muchacho que fuera de visita al templo. Cualquier instante era valioso para tratar de plantar en el corazón de esa persona la semilla de la devoción a Krishna.
Y vemos que, cuando viajaba, sus discípulos siempre le preparaban programas de prédica: en universidades, en festivales al aire libre, en los templos, en la municipalidad, en la radio… donde fuera. Porque, para él, lo más importante era ponerse en contacto con el máximo número de personas y hablarles, tratar de convencerles del verdadero valor de la vida, de su naturaleza espiritual real, de Krishna…
Imaginemos qué hubiera hecho Srila Prabhupada si al llegar a una ciudad los devotos no hubieran preparado ningún programa de prédica. Seguro que hubiera seguido su camino hacia otro lugar. Y los devotos sabían que, si querían que Srila Prabhupada fuera a su ciudad o a su templo, tenían que preparar muchos programas de prédica para él.
Srila Prabhupada está en sus libros. Predicando. O, mejor dicho, esperando la oportunidad de predicar.
Cada vez que damos un libro de Srila Prabhupada a alguien, estamos dando una oportunidad a Srila Prabhupada para que predique a esa persona.
Y eso es lo que más le satisface. Poder predicar a una persona más.
Ya él mismo dijo que dependía de nosotros para llevar adelante su misión. Por supuesto que somos nosotros quienes dependemos absolutamente de él y él puede llevar a cabo su misión sin nosotros. Pero, aun así, por su misericordia, se pone en una posición de depender de nosotros para poder predicar. Cuando damos un libro, le estamos “ayudando” a predicar, le estamos preparando un programa de prédica.
Y eso es lo que más le satisface.
Si queremos que Srila Prabhupada venga a vernos, la mejor manera es que prepararemos muchos programas de prédica para él. En otras palabras, que distribuyamos muchos libros a mucha gente, para que él les predique.
Si lo hacemos, él estará siempre con nosotros.
Vuestro sirviente
Hanuman Das
Trustee | BBT Latino
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