Me encontraba distribuyendo libros en un mercado de granjeros a una cuadra del templo, en Los Ángeles. Estaba dando bastantes libros, y aunque tenía que volver para realizar un servicio quise quedarme a distribuir un último libro.
Después de buscar durante un tiempo al alma especial que se llevaría un libro de Srila Prabhupada, se me acercó una niña y me preguntó: “¿Cuánto cobras por tus libros?”.
Le respondí que sólo pedía una donación a cambio, y ella regresó a la multitud para volver unos instantes después junto a su madre. “Este es el hombre de los libros”, dijo la niña, “y dice que sólo pide una donación”.
“Tienes una hija especial”, le dije a su madre, “le interesan libros espirituales”. La madre respondió: “Ya lo creo, ella lee el Bhagavad-gita cada día”. No podía creer lo que escuchaban mis oídos. ¡La niña apenas tenía siete años!
La madre le preguntó a su hija si quería algún libro, y ésta eligió Viaje hacia el autoconocimiento, Ciencia de la autorrealización y Srimad-bhagavatam (canto primero). La niña dijo: “Quiero el Srimad-Bhagavatam”. Seguramente lo habría visto en el Bhagavad-gita.
Me dieron una donación y les di las gracias, diciéndole de nuevo a la madre lo afortunada que era por tener una hija tan especial.
.
Su servidor,
Bhakta Vatsal das
0 comentarios