Cierta ocasión me encontraba distribuyendo libros frente a una oficina de correos en Alemania. Estaba intentando mostrarle los libros a un comerciante mientras bajaba de su coche. Tendría unos cincuenta años, buena presencia, se mostraba algo tenso y apresurado.
«Sois todos unos embusteros y unos bribones», me espetó. «No quiero saber nada de vosotros. Sois un atajo de hipócritas. Todo es mentira».
Ante esto le dije: «¿A qué se refiere? Esto es el Bhagavad-gita, filosofía antigua de la India».
«Sí, sí, la India», dijo. «Ya conozco a todos esos gurus, swamis, yoguis y todo es mentira. Dime el nombre del guru que dirige vuestra organización».
«Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada», le contesté.
«¿Ah, sí?», respondió. «¿Swami Prabhupada? Si es así, retiro todo lo dicho. Respeto mucho a ese hombre. Muéstrame los libros que llevas».
Se los enseñé. Después le pregunté: «¿Conoce usted a Srila Prabhupada?»
Me respondió: «Te diré porque me gusta ese hombre. Leí su libro La vida proviene de la vida. En ese libro dice que los gobernantes actuales son cerdos, perros, camellos, asnos, sinvergüenzas, mentirosos e hipócritas. Y los derrota a todos: científicos, filósofos, religiosos. Se lo dice en sus caras».
Estaba muy contento con Srila Prabhupada y se quedó dos libros.
Su servidor,
Navina Nirada Dasa
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