Estaba viajando con Jivananda Dasa distribuyendo libros. Nos encontrábamos en el metro de Marsella, Francia, tratando de ver cómo llegar al centro de la ciudad. Jivananda les preguntó a algunas personas.
Un joven que no hablaba mucho inglés, pero que estaba decidido a ayudarnos, empezó a preguntarle a la gente si hablaba inglés. Era muy entusiasta y rápido. Se aproximó a una chica, y ambos coincidieron en la dirección que debíamos tomar para llegar al destino. Se ofrecieron a llevarnos.
El joven llevó el carrito de libros de Jivananda, porque realmente quería ayudarnos. Cuando llegamos al centro de la ciudad, le pregunté a la chica si le gustaba el yoga. Ella dijo que sí. Hablamos un poco acerca de filosofía y le di un Sri Ishopanishad, por el que se interesó inmediatamente. No llevaba dinero consigo, pero dijo que colectaría un poco y nos encontraría más tarde en algún lugar.
Con una sonrisa, le respondí: «Si no lo consigues, no pasa nada».
Salimos de la estación con el joven. Su nombre era Diallo, y ya había pensado en un plan para ayudarnos a distribuir tantos libros como fuera posible. Diallo era un músico local y sabía cómo funcionaban las cosas en Marsella. Nos mostró algunos lugares.
La chica regresó. Su nombre era María, y me entregó diez euros. Me dio las gracias por todo. Mientras tanto, Dallio atrajo el interés de algunas personas y comenzó a presentarnos. Entonces les enseñó los libros. Después, nos mostró más lugares buenos para distribuir libros y realizar harinama. También escribió algunas frases en francés en un trozo de cartón para pedir donaciones a las personas. Tras esto, nos dio su contacto, por si necesitáramos algo más.
Para mí, fue un encuentro increíble y memorable. Este joven poseía una actitud fantástica de servicio, ¡y era el mes de Kartik! Jivananda encontró graciosa la manera en que Krishna ocupó a este joven, cargando el carrito de libros y ayudándonos a realizar harinama, e incluso escribiendo aquellas frases en francés. Usamos aquel cartel en los siguientes harinamas, y hasta el día de hoy no estamos seguros qué escribió en él.
Su servidor,
Vijaya Dasa
Ministro de Sankirtana en ISKCON
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