Querido Sivarama Swami,

Hare Krishna. Por favor acepte mis humildes reverencias. Todas las glorias a Srila Prabhupada.

Espero no molestarlo. Nunca escribí a un maestro espiritual. Usted no me conoce.

Mi nombre es Bhaktin Dora y vivo en Pecs (Hundría). Tengo catorce años y vivo en casa de mi madre y mi hermana mayor. En 1992 fui al Festival Hare Krishna con una amiga. No me interesaba mucho, pero me gustó el canto y el baile del final. Después de que terminara, compré un libro, Ciencia de la Autorrealización.

No se por qué, generalmente no leo nunca. Creo que fue por el canto. Me llevé el libro a mi casa y no recuerdo qué pasó con él. Un día mi madre lo encontró y se enfadó mucho conmigo. Pensó que yo estaba leyendo ese tipo de cosas. Sabe, toda mi familia es estrictamente católica. Ellos pensaron que la conciencia de Krishna era algún “lavado cerebral”. En realidad yo ni siquiera leía ese libro, me había olvidado completamente de él. De alguna forma “apareció”. De todas formas mi madre iba a tirarlo.

Mi abuela, de 68 años, estaba en aquel momento en la cocina. Ella vive en el piso de arriba. Ella llegó y se llevó el libro. Me miró y me regañó severamente. Pensé que sería el fin del libro. Tampoco es que me importara mucho, ya que yo estaba completamente en maya en aquella época. Más o menos una semana después, escuché una conversación entre mi madre y mi abuela. La abuela decía que aquel no era un libro común. Dijo que lo que Prabhupada decía era lo que Jesucristo había dicho, y que Krishna era Dios. Me sorprendí mucho. Ella dijo que deberíamos escuchar lo que Prabhupada decía y que también deberíamos cantar Hare Krishna porque esa era la religión para nuestra era actual. Hubo una gran conversación sobre como el cristianismo ya no existía más, y que nadie más seguía la Biblia, pero que lo que Prabhupada decía era puro y perfecto.

Todo cambió realmente a partir de ese momento. Un día, mi abuela visitó el centro nama-hatta de nuestra ciudad y comenzó a cantar japa. También comenzó a comprar, uno a uno, los libros de Prabhupada. Se gastaba toda su pensión comprando lo que ella llamaba de “el maravilloso y santo Bhagavatam”. A veces sólo tenía dinero para comer papa, pero continuaba comprándose los libros. Los devotos incluso vinieron a su departamento y le ayudaron a hacer un altar. Cuando subí a visitarla no quedaba ningún cuadro, y había fotos de Krishna por todos lados.

Eso fue apenas el comienzo. Una noche, la abuela soñó con Prabhupada. Ella cambió realmente después de aquel día. Yo no se muy bien lo que pasó, pero ella se volvió muy entusiasta. Entonces comenzó a involucrar a toda la familia en ello. Osea, no apenas a mi madre y mi hermana, si no a sus dos hijos, sus esposas y seis hijos, así como a sus hermano y hermanas y otros parientes. Antes, ella solía cargar la Biblia y citar a Jesucristo. Ahora tiene el Bhagavad-gita y cita “al buen señor Prabhupada”. Se volvió un auténtico terror transcendental. Todos en nuestra familia tienen que cantar, por lo menos, una ronda cada día. Además la abuela los volvió vegetarianos a todos, incluso a mi perro Sikra, y ofrecemos nuestra comida a las figuras de Prabhupada y del Señor Caitanya.

Ahora yo también estoy saliendo de maya y cantando y leyendo un poco. Cuando voy a la escuela mis amigos me preguntan acerca de Krishna, sabiendo que soy devota. Toda nuestra familia va al nama-hatta, los dieciséis. Durante el Maratón de Navidad, todos intentamos distribuir los libros de Srila Prabhupada. Hasta la abuela se lleva los libros al mercado para intentar venderlos. Todos le tienen miedo porque ella es intrépida. Todos creen que se ha vuelto loca, pero a ella no le importa.

Ahora está ahorrando para ir a Budapest y conocer a las Deidades recién instaladas. Se enteró que el Señor Caitanya y el Señor Nityananda “vinieron” a Hungría y están siendo adorados por los devotos. Ella dice que quiere ver a Dios al menos una vez en esta vida.

En el festival Hare Krishna de este año, usted habló a los invitados después del kirtana. Usted se debe acordar de mi abuela, porque ella se sentó bien cerca suyo y le hizo muchas preguntas. Al final, cuando usted se levantó para irse, ella inclusó le besó la mano, ¿se acuerda? Yo también quería hacerle una pregunta, pero me daba vergüenza. ¿Podré, por favor, preguntársela ahora? Espero que no le importe, maharaja.

Yo quería saber qué tipo de persnoa era Srila Prabhupada. Él debe ser muy querido a Krishna para haber podido distribuir este mensaje por todo el mundo. ¿Qué son estos libros que cambiaron tanto a mi familia? ¿Como puede ser posible que él pueda hablar a través de ellos con tanto poder? El señor debe sentirse muy afortunado por ser discípulo de él. ¡Qué gran hombre es! A veces, cuando mi abuela canta frente a una foto de Krishna, llora. ¿Cómo Prabhupada hace eso? Yo también quiero llorar como ella. La abuela sueña con Prabhupada, y a veces habla con su foto. Aunque la contracapa del libro diga que él ya partió, ¿Prabhupada está realmente muerto o continúa vivo? ¿El señor cree que pueda conocerlo algún día.

Siento haber escrito tanto. Me gustaría ser una buena devota algún día y ayudarle a usted y a Prabhupada a expandir la conciencia de Krishna. ¿Usted podría, por favor, responder a mi pregunta?

 

Su servidora,
Bhaktin Dora

Categorías: Historias

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